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Condiciones ambientales en espacios interiores

Publicado por S&P          febrero 20, 2018          Lectura: 3 min.

Entendemos por condiciones ambientales las condiciones que se dan en una habitación o recinto cerrado y que determinan su idoneidad para ser ocupado por personas durante estancias largas de tiempo sin menoscabo de su saludo y con un adecuado nivel de confort.

Lectura: 3 min.


Vemos pues que las condiciones ambientales de un espacio interior deben procurarnos un ambiente sano y confortable. Para ello, los puntos que deben ser sometidos a consideración son los siguientes:

  • Temperatura
  • Humedad
  • Corrientes de aire
  • Ruido
  • Iluminación y entorno
  • Calidad del aire interior

Una excesiva temperatura, además de ser un despilfarro energético, puede causar molestias, por ejemplo alta sudoración y hasta problemas de salud por contraste térmico al salir y entrar. De forma parecida una temperatura demasiado baja provoca dis confort, agarrotamiento de músculos con la consiguiente molestia y baja productividad laboral. También la salud puede resentirse al ocasionar resfriados y otros problemas respiratorios.

Últimamente se insiste en compatibilizar el confort con la eficiencia energética, para ello además de usar las tecnologías disponibles (por ejemplo la recuperación de calor) se tiende a incrementar algo la temperatura interior en verano y disminuirla en invierno para ahorrar energía en climatización sin detrimento del confort.

Humedad

Una excesiva humedad relativa del aire ocasiona excesiva sudoración si la temperatura es alta, o aumenta la sensación de frío abajas temperaturas. También puede ocasionar daños materiales en el mobiliario y provocar la aparición de mohos. Por el contrario, una baja humedad relativa ocasiona sequedad de garganta y cargas electrostáticas en materiales no conductores de electricidad como textiles, plásticos, gomas, etc.

Corrientes de aire

En general el aire en movimiento es percibido como una molestia, se aconseja que la velocidad del aire en recintos cerrados, en las zonas accesibles a personas sin actividad física relevante, no exceda nunca de los 0,25 m/s. evidentemente en caso de trabajo de alta exigencia física, se suele emplear una corriente de aire para aliviar al trabajador, en este caso no rige el límite de velocidad mencionado.

Los difusores en las entradas de aire son fundamentales para tener una confortable distribución del aire de renovación.

Ruido

Un ruido excesivo es sin duda una causa de molestia, se debe limitar el nivel de ruido total admisible medido en decibelios, pero deben considerarse además algunos matices como son: si ese ruido es permanente o intermitente, en ese caso hay que tener en cuenta los intervalos de ruido y los de silencio, otro aspecto importante es el espectro sonoro, son mucho más tolerables los ruidos de amplio espectro de banda (multi frecuencia) que los que presentan tonalidades puras y sus armónicos, los ruidos tipo “pitido” para entendernos, éstos además de más molestos, si la exposición a ellos es muy prolongada, acaban ocasionando sordera a la frecuencia del pitido.

Iluminación y entorno

La iluminación de una estancia debe estar en consonancia con la actividad que se desarrolle en ella, si estamos mirando la televisión, con una tenue iluminación bastará, mientras que si es una sala de lectura la iluminación debe ser mucho más intensa.

Por entorno entendemos lo que está a la vista, hay que intentar que no haya elementos agresivos a la vista que nos acaben cansando, una oficina confortable desde todos los puntos de vista enumerados pero que tuviera las paredes pintadas en rojo vivo sería poco confortable para sus ocupantes.

Calidad del aire interior

Finalmente el punto más importante para el confort pero sobre todo para la salud: la calidad del aire interior. Entendemos por calidad del aire, la ausencia de partículas sólidas en suspensión y bajas concentraciones de gases contaminantes.

Las partículas sólidas pueden obstruir las vías respiratorias y los pulmones por lo que es necesario filtrar el aire que respiramos, en especial si nos encontramos en áreas de alta contaminación atmosférica exterior. Las normativas nos indicarán los filtros a utilizar dependiendo de la contaminación exterior y del uso que se hace del local.

En cuanto a los contaminantes gaseosos, deberá identificarse cual o cuales son los predominantes, a partir de ahí se colocarán sensores de esos contaminantes para que controlen la renovación de aire de manera que su concentración en ppm permanezca por debajo de los límites admitidos. Como decimos siempre, una buena renovación de aire es la base de la calidad y confort del aire interior.

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