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IAQ Indoor Air Quality: la calidad del aire interior y su relación con el rendimiento laboral

Publicado por S&P          enero 22, 2018          Lectura: 4 min.

Una de las principales preocupaciones en el ámbito laboral hoy en día, es la de establecer y exigir planes de prevención en los centros de trabajo con el fin de lograr un entorno laboral lo más seguro y saludable posible. Y es aquí donde intervienen factores tan importantes como el conocido IAQ- Indoor Air Quality o Calidad del Aire Interior y que en los últimos años ha derivado a un concepto mucho más amplio denominado IEQ – Indoor Environmental Quality o Calidad de ambientes interiores.

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Todo esto se origina a partir de los cambios sociales ocurridos durante el pasado siglo XX y que han transformado radicalmente nuestra forma de vida. Diversos informes muestran cómo, en la actualidad, las personas que residen en núcleos urbanos pasan entre un 80 y un 90% de su tiempo en espacios cerrados y más de nueve horas diarias en el puesto de trabajo.

A esto habría que añadir la tendencia actual, provocada por la búsqueda de la eficiencia energética y el ahorro, de diseñar edificios cada vez mejor aislados e incluso herméticos. Este tipo de edificios se caracterizan por una mayor recirculación del aire que en muchos casos se traduce en una mayor contaminación del aire interior al carecer de adecuados sistemas de ventilación.

Desde hace ya décadas se habla del “Síndrome del Edificio Enfermo” una denominación que reciben aquellos edificios en los que más del 20% de sus ocupantes se ven afectados por diversos síntomas como alergias, cefaleas, problemas respiratorios, etc. Y aunque estos efectos tienden a minimizarse, lo cierto es que provocan situaciones de falta de confort y afectan a la salud física y mental de los trabajadores que desarrollan su labor en oficinas y centros de trabajo, pudiendo repercutir en su rendimiento laboral.

Si bien, aún hoy en día, se desconoce con exactitud el origen de las causas concretas que provocan estos síntomas, fundamentalmente se atribuye a una mala calidad del aire interior.

Tipos de contaminantes del aire interior

Con respecto al tipo de contaminantes, podemos afirmar que son varios los elementos que influyen en la contaminación del aire interior. Se incluyen, desde los ocupantes de un edificio (ya que el ser humano produce de modo natural dióxido de carbono, vapor de agua, etc.), hasta los contaminantes que pueden provenir del propio edificio y que dependerán de los materiales con los que esté construido, de su contenido e incluso de su ubicación.

Por supuesto, también el uso de productos de limpieza y mantenimiento genera contaminantes que afectan a la calidad del aire en el interior del edificio.

Una clasificación de los tipos de contaminantes del aire interior sería la siguiente:

  • Contaminantes químicos; existen gran variedad de contaminantes de origen químico que se podrían dividir a su vez en diferentes categorías. Los procedentes de productos de combustión como estufas, refrigeradores, quemadores, etc. como el dióxido y el monóxido de carbono; los procedentes de materiales de construcción como las fibras y los compuestos orgánicos volátiles; los procedentes de productos de consumo procedentes tanto del propio usuario como de los materiales de construcción como barnices, lacas, desodorantes, etc. y otro tipo de contaminantes como el ozono que en los centros de trabajo puede originarse de las máquinas fotocopiadoras, el radón y hasta diversos polvos procedentes de los sistemas de aire acondicionado.
  • Contaminantes biológicos que se clasifican básicamente como agentes infecciosos, antígenos y toxinas como formas más usuales. En cuanto a los agentes infecciosos son de más fácil transmisión en ambientes cerrados, ya que el volumen de aire en el cual se diluyen los microorganismos es más bajo, el contacto directo es mayor y las personas pasan más tiempo en ambientes cerrados que en el exterior. Los antígenos que pueden encontrarse en el aire de los ambientes cerrados proceden de microorganismos, artrópodos o animales y causar enfermedades como neumonías, rinitis y asma. Y por último las toxinas entendidas como sustancias segregadas por algunos microorganismos que producen efectos nocivos

¿Y cuáles son los factores que afectan a la calidad del aire interior?

Los principales factores que influyen en una mala calidad del aire interior serán:

  • Una ventilación inadecuada: un insuficiente suministro de aire fresco a consecuencia de una elevada recirculación del aire o de un bajo caudal de impulsión; una mala distribución de los sistemas de ventilación; la incorrecta filtración del aire por un mantenimiento incorrecto o un inadecuado diseño del sistema de filtración y por último una temperatura del aire y humedad relativa extremas o fluctuantes son las principales causas d una ventilación inadecuada en el interior de los edificios.
  • La contaminación interior originada por los propios individuos u ocupantes y por otras muchas causas como el propio trabajo que se realice, la utilización ineducada de productos de limpieza, desinfectantes, etc., los gases de combustión e incluso la contaminación cruzada procedente de otras zonas poco ventiladas y que pueden afectar a espacios próximos.
  • La contaminación exterior referida a la entrada de humos de escape de vehículos en el edificio, los gases de calderas, productos como el asfalto y aire contaminado previamente desechado al exterior que vuelve a entrar a través de las tomas de aire acondicionado. Además, se pueden producir infiltraciones de vapores de gasolinas, emanaciones de cloacas, insecticidas, fertilizantes e incluso dioxinas o radón a través del basamento.
  • La contaminación biológica que es menos frecuente en edificios de oficinas, pero puede llegar a provocar una situación sanitaria delicada.
  • La contaminación debida a materiales empleados en la construcción por considerarse inadecuados o con defectos técnicos.

¿Influye entonces la calidad del aire en el rendimiento laboral?

Tras analizar los factores que pueden provocar una mala calidad del aire y sus consecuencias podemos afirmar que nos encontramos ante uno de los principales retos de las empresas en materia de prevención y seguridad laboral. Está demostrado que, una mala calidad del aire en el lugar de trabajo puede afectar no sólo a la salud, confort y bienestar de los ocupantes sino también a su productividad.

Un reciente informe realizado por investigadores de Harvard en el año 2016 constataba como una ventilación mejorada repercutía de forma beneficiosa en la salud de los trabajadores y en su rendimiento. Y si además de mejorar la ventilación, se mejora la filtración de aire que elimina la contaminación del aire exterior), la reducción de la exposición química cubierta, y se cuenta con la implementación de un buen programa de alérgenos, los beneficios que se consiguen son aún mayores.

También la Agencia Europea del Medio Ambiente alerta sobre las consecuencias de no cuidar la calidad del aire interior, ya que no solo repercute en nuestra salud, sino que tiene también, un elevado coste económico en gastos médicos directos y en gastos indirectos relacionados con la pérdida de productividad de los trabajadores afectados.

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